martes, 1 de julio de 2008

¿Qué características debe tener un profesor para ser un buen profesor?

Para mí un buen profesor debe conocer el contenido de su enseñanza y la forma en cómo ese contenido puede tener sentido para el estudiante; debe saber hablar en un lenguaje comprensible y promover el diálogo con los estudiantes (es decir, debe saber comunicar y generar comunicación); el profesor debe ponerse de manifiesto como quien se pone frente a los alumnos para mostrar y entregar lo que tiene y quiere y; el profesor debe plantear y obedecer unas reglas de juego claras en su relación con los estudiantes y estar dispuesto a discutir esas reglas.
Sin embargo, para ser un buen profesor no basta con reunir las características anteriormente mencionadas, sino que además se requiere de una “determinada actuación como profesor”, debido a que esta actividad profesional se realiza en diversos ámbitos y con diversos sujetos. Para lo cual he enumerado una serie de ámbitos, a tener en consideración en lo que respecta a cómo debe actuar un buen profesor:
  • En el ámbito del aula, su buen desempeño tiene que ver tanto con el diseño cuidadoso, la conducción responsable y la intensa evaluación de los procesos de aprendizaje; así como con la relación comunicativa y afectiva que establece con todos y cada uno de sus estudiantes.
  • Con relación a sus colegas, se espera una actuación de colaboración, de apoyo mutuo y corresponsabilidad tanto respecto a la diversificación del currículo como a la organización y marcha del centro.
  • Respecto a los padres de familia, se espera su conocimiento, apertura, comunicación y colaboración profesional.
  • Respecto a la sociedad que le ha otorgado la responsabilidad de educar, se espera su comportamiento ético y ejemplar, con relación a las nuevas generaciones y en función del ideal de sociedad que se espera contribuya a realizar.
  • Respecto a sí mismo, se espera que el buen docente esté permanentemente buscando los mejores medios para crecer profesional y humanamente.
  • Finalmente el aspecto que considero más importante y que la sociedad entera espera que se dé en todos los ámbitos señalados anteriormente: se espera un comportamiento moralmente recto y ejemplar.

La pregunta final sería, ¿nos estamos formando como este tipo de educadores?, o nos estamos conformando con ser sabios de nuestra asignatura, o con ser espléndidos expositores, que además de conocer encantamos al auditorio porque somos capaces de sostener su atención y expresarnos con relativa facilidad, o simplemente nos conformamos con cuan hermosa fue nuestra clase.


Hoy en día necesitamos docentes apropiándose del mejor conocimiento disponible sobre la educación, con capacidad autónoma para actualizarlo y recrearlo. Tampoco se trata de un mero desafío cognitivo. Es deseable una vocación y un compromiso afectivo con una tarea que es social y que tiene que ver con la formación de personas, de ahí que al buen educador, le interesa cuánto su alumno aprendió, no cuán hermosa fue su clase o cuán amplio fue su conocimiento.

sábado, 7 de junio de 2008

¿Qué acciones concretas realizarías para verificar tu buen desempeño como educador?

Sin duda, en cada ámbito de nuestro quehacer profesional se esperan resultados, siendo el aprendizaje y el crecimiento personal y afectivo de los educandos, el principal.

Del mismo modo, también se espera que nuestros colegas se sientan apoyados, y que consideren nuestro desempeño como responsable y efectivo. Así mismo, se espera que los padres se sientan conformes con la calidad de nuestro servicio y con nuestro compromiso profesional.

Por lo tanto, el buen desempeño profesional de los docentes, así como de cualquier otro profesional, puede determinarse tanto desde lo que sabe y puede hacer, como desde la manera como actúa o se desempeña, y a partir los resultados de su labor.

Teniendo en consideración lo anterior, los procedimientos concretos con los cuales verificaría mi desempeño, serían las siguientes:

a) Observación de clases: La utilización de este procedimiento parte de la premisa de que observar al docente en acción es la mejor herramienta para reunir información acerca de su efectividad. Aporta evidencias muy difíciles de obtener de otra forma como son: el clima en el aula, la naturaleza y calidad de las interacciones alumnos-docente, los procesos de aprendizaje conducidos por el docente y el funcionamiento general de la clase.

b) Autoevaluación: Este procedimiento permitiría lograr, en la evaluación del desempeño docente, algunos objetivos importantes como estimular su capacidad de autoanálisis y autocrítica, así como su potencial de autodesarrollo; incrementar su nivel de profesionalidad; promover una cultura innovadora.
En términos generales, se trata de un proceso en que el profesor efectúa juicios acerca de la adecuación y de la efectividad de su propia actividad, con el objeto prioritario de establecer objetivos de mejora.

c) Pruebas de conocimiento: No voy a describir con detalle en qué consisten, pero sí señalar algunas características que debieran tener para que tengan real valor en la evaluación del desempeño docente: deben retomar experiencias en las cuales se ve inmerso cotidianamente el docente. Por ejemplo, plantear una serie de preguntas para que el docente seleccione la estrategia que considere más adecuada; valore las respuestas dadas por un estudiante a una evaluación; decida un curso de acción ante una situación de aula; aborde una situación problema desde su saber disciplinar entre otros.

d) Opinión de los padres: Incrementar la participación de los padres en los procesos de evaluación del desempeño docente, permitiría analizar perspectivas y conocer puntos de vista y aspectos imposibles de obtener mediante otras fuentes: acerca de la interacción entre el docente con los alumnos y con las familia; de cómo responde a las necesidades de los estudiantes; de la pertinencia de los retos y trabajos que asigna a los alumnos, especialmente los que encomienda para hacer en casa; etc.

e) Opinión de los alumnos: Uno de los argumentos de mayor peso para justificar su inclusión en la evaluación del desempeño docente tiene que ver con el hecho que ellos son los consumidores principales de los servicios educativos del docente. Por ello se encuentran en una posición privilegiada para proporcionar información acerca de la efectividad de la docencia. Son los únicos que tienen información directa del tipo, naturaleza y calidad de las prácticas docentes que se realizan en el aula.

f) Coevaluación o evaluación de los pares: Dada la naturaleza colaborativa del proceso de enseñanza y de la educación contemporánea, sería absurdo imaginar un proceso de evaluación que ignorara a los pares como fuente vital para la retroalimentación de la mejora de la calidad de la actividad docente. La información solicitada a los pares debe ser información objetivamente valorada respecto de aquellos elementos de su actividad, que los compañeros conocen directamente y que deberán expresar de tal manera que pueda utilizarse para su mejora.

g) Rendimiento de los alumnos: Pareciera que es esta la mejor forma para evaluar el desempeño docente. Aparentemente debe haber una relación directa entre la eficiencia de un docente y el éxito alcanzado por sus alumnos. Desafortunadamente no es así. El éxito o fracaso de un alumno no depende exclusivamente de la acción positiva o negativa de su profesor, sino de una serie de factores, entre las cuales la variable docente es una más.

Otras variables serian:

*Las características del plan de estudio.
*Las características de la institución docente.
*El medio ambiente donde proviene el alumno.
*La capacidad y actitud del alumno.
Por eso no es valido atribuir al docente toda la responsabilidad del fracaso o éxito escolar.

Todas estas acciones que permiten verificar el desempeño docente, deben realizarse conjuntamente y no por separado, pues solo así proporcionan resultados concretos para su mejora.

En definitiva, el propósito fundamental de someterse a evaluaciones docentes, es el de mejorar la calidad del desempeño de los profesores y profesoras en todos los niveles, en función de un mejoramiento de la educación ofrecida en los establecimientos del país.

Para finalizar, cabe mencionar que un docente “siempre” debe preocuparse de su desempeño como educador, debido a que enseñamos para formar personas integras e integradas, para que, aparte de saber y saber hacer, puedan aprender a ser y aprender a vivir y a convivir.

martes, 27 de mayo de 2008

¿Cómo enseñar para que la diversidad de estudiantes presentes en una sala de clases aprenda?

El dogma de que la educación es para todos sin distinción alguna, involucra necesariamente que todos deben ser incluidos en los procesos educativos, con sus respectivas diferencias y similitudes.

Sin duda, la diversidad es una característica propia de la naturaleza humana y ha estado presente desde siempre en las aulas, en donde la mayoría de los estudiantes puede aprender bajo paradigmas tradicionales de enseñanza-aprendizaje o metodologías clásicas, sin mayores problemas. Sin embargo, existen estudiantes que no sólo tienen diferentes estilos, técnicas y estrategias de aprendizaje, sino que además tienen distintas necesidades, motivaciones, lugares y familias de procedencia, lo cual diversifica la labor de enseñar.

Estos estudiantes al igual que los otros conforman el “grupo de la diversidad”, si bien sus necesidades de aprendizaje son diferentes, son a final de cuentas necesidades educativas. Y como no hay una única forma de aprender, no se puede enseñar de igual manera a todos, por lo tanto hay que diseñar sistemas pedagógicos diversificados de atención en las aulas, que comprendan una variedad de métodos de instrucción, de sistemas didácticos, de recursos humanos y materiales, entre otros.

Un modelo de enseñanza para la diversidad de estudiantes en el aula, debería incluir a los docentes, a los orientadores, a los psicopedagogos, a los apoderados, etc., los cuales debiesen poseer tareas específicas dentro y fuera de las aulas. Del mismo modo se deben considerar los factores que condicionan de cierta manera los procesos educativos, entre los cuales destaca, la cantidad de estudiantes por curso, siendo necesaria su reducción, para que la calidad del proceso instructivo general tenga un mayor impacto en la diversidad. Además seria necesario y aunque parezca una verdadera utopía en relación a la realidad social del país, incorporar a los establecimientos otros especialistas tales como logopedas, psicólogos, etc., y entregar perfeccionamiento permanente y apoyo fluido al establecimiento educacional.

No obstante, el principal recurso de un establecimiento educacional es sin duda el profesor, y en ellos el sistema ha volcado esperanzas de futuro para la educación chilena, debido a que el docente no sólo tiene las capacidades pedagógicas necesarias para desarrollar la mega tarea de educar a la diversidad de estudiantes con éxito sino, la capacidad de organización de los servicios de apoyo a la diversidad, asegurando su funcionamiento y coordinación. Esto implica que la tarea de educar en y para la diversidad, debe ser un proceso compartido entre los diferentes agentes educativos de la escuela con responsabilidades, obligaciones y atribuciones claras.

Conforme a esto, propongo un sistema multifacético de enseñanza a la diversidad, que considera 4 puntos fundamentales:

1) Los profesores deben presentar a todos los estudiantes de la clase el contenido en forma atrayente, motivadora y concreta: Con la intención de que el estudiante asuma un rol activo en su proceso enseñanza-aprendizaje, para que así no solo recaiga el peso de este proceso en el profesor, el cual solo debiese ser en estricto rigor un guía, el cual ha de cumplir la función de suscitar el aprendizaje e insertar a los alumnos en su proceso educativo.

2) Los profesores deben enseñar directamente a los estudiantes estrategias que necesitan para aprender el contenido del aula: El profesor utiliza estas estrategias a través de explicaciones directas, trasladando el énfasis del conocimiento hacia el aprendizaje de habilidades.

3) Los estudiantes deben aprender los contenidos, las habilidades y las estrategias a través de profesores que brindan instrucciones especializadas: El objetivo es lograr que los estudiantes aprendan un conjunto de estrategias de aprendizaje aplicables para resolver las demandas de una sala de clase.

Hasta aquí, se considera a la clase como un momento de encuentro en donde el profesor y el alumno pueden dialogar en busca de respuestas validas o de nuevas posibilidades que les permitan resolver inquietudes. Durante esta etapa del proceso se establecerían nexos entre conocimientos y experiencias hasta ese instante no vinculadas, permitiendo resolver de manera creativa e innovadora problemas, lo cual permitiría aumentar indudablemente la comprensión y la conceptualización.

4) Instalación de equipos psicopedagógicos de apoyo permanente:
Este sistema no debe considerarse instaurado completamente sólo por la presencia y participación tanto de profesores como de estudiantes, sino que se debe considerar la participación de especialistas fuera del aula, que proveen respaldo y apoyo adicional al proceso educativo, tales como psicopedagogos.

Por lo tanto, para enseñar a la diversidad de estudiantes, no solo basta con la participación de los de actores educativos, sino que además se requieren de agentes especializados, todos los cuales trabajan en conjunto como equipo colaborativo, donde cada uno aporta su perspectiva, su experticia en beneficio de la educación de todos los estudiantes.

sábado, 17 de mayo de 2008

¿Cuál es según tu opinión la forma más justa de evaluar el desempeño de un estudiante?

Al analizar la calidad de la educación, es indudable que la palabra evaluación será fundamental para acercarse a ella, con lo que “la calidad de la educación depende, en buena medida, de la rigurosidad de la evaluación y evaluar no siempre resulta fácil, pero es siempre ineludible”. Esta rigurosidad no debe entenderse como inflexibilidad o exigencia desmedida a la hora de evaluar, es más bien una posición crítica y reflexiva frente al papel de la evaluación en los procesos educativos.

Sin duda, es innegable el hecho de que la evaluación se convierte, en muchos casos, en el puente o conector primordial del proceso enseñanza- aprendizaje. Al hablar sobre evaluación, se está hablando al mismo tiempo de una serie de aspectos que van más allá de unos resultados cuantitativos mediante los cuales se pretende determinar “que tanto han aprendido” los estudiantes, sino que a la vez le permite al docente valorar su propia labor y reflexionar en torno a ella para reorientarla y corregirla, de manera que contribuya, significativamente, a mejorar los procesos de enseñanza en el aula para promover un mejor aprendizaje.

Si bien estos resultados son importantes para conocer el nivel de adquisición de ciertos conocimientos y habilidades, constituyen sólo uno de los elementos que forman parte de la evaluación en sentido más general. De esta forma, los resultados de las pruebas deben representar un punto de partida para que los docentes reflexionen en torno a las prácticas evaluativas y a las prácticas de enseñanza que están llevando a cabo, procurando que aquello que se hace en el aula sea significativo y promueva al mismo tiempo actitudes de compromiso, interés y responsabilidad en los estudiantes, que conllevarán a un aprendizaje significativo y de largo plazo.

Según mi opinión, la evaluación debe realizarse de forma individualizada y personalizada para obtener la mayor información posible sobre la evolución de cada alumno teniendo en cuenta su capacidad personal. Será también continuada e integrada durante el transcurso de la clase, lo que nos permitirá obtener la información sobre la evolución de los alumnos, sus dificultades y progresos, con lo cual se hace más asequible proporcionar la ayuda necesaria en cada momento.

Para la obtención de información del proceso de evaluación se debe plantear la objetividad del mismo, premiar la motivación, el interés, el trabajo individual del alumno y combinarlo con la elaboración de pruebas escritas o trabajos de investigación adaptados a su nivel.
Sin ir más lejos, para evaluar el desempeño de un estudiante sugiero un mecanismo de evaluación, el cual consta de dos etapas:
1) Observación en el aula: etapa que involucra en primer lugar la realización de ejercicios propuestos, seguida por la participación en las actividades y finalmente la actitud, el comportamiento, el interés y la motivación que manifiestan los alumnos.

2) Trabajos y pruebas escritas: etapa que incluye trabajos de investigación dirigidos, los cuales pueden ser individuales o en grupo y la realización de pruebas subjetivas -cuestionarios, exámenes, etc.- bien al final de cada unidad didáctica o al final de cada trimestre y/o semestre según corresponda.

Sin embargo, en cada momento y situación podremos actuar mediante una:
a) Evaluación inicial que nos permita detectar los conocimientos previos de los estudiantes, sus posibles alteraciones o disfunciones, así como su disposición, interés y motivación respecto de la asignatura en general y respecto a los contenidos de la misma.
b) Evaluación formativa que, realizada a lo largo del proceso educativo, nos informará de la necesidad o no de realizar ajustes en la programación con respectos al grupo entero o con respecto a los alumnos individualmente; se facilitará además los mecanismos para que el alumno realice una autoevaluación formativa integrada en su proceso de aprendizaje.
c) Evaluación final que determine hasta qué punto se han conseguido las intenciones educativas que se habían propuesto y valora los resultados del aprendizaje para comprobar si alcanza el grado de desarrollo deseado, que además facilite a los profesores información sobre su actuación educativa y permite tomar decisiones al respecto; que implique al alumno el proceso de autoevaluación y por último la orientación personal educativa, académica y profesional, en la medida de lo posible.

Para finalizar, cabe mencionar que la evaluación de los estudiantes debe ser un proceso transparente y que al mismo tiempo debe reflejar las virtudes y defectos tanto de estudiantes como de profesores. No obstante, convertir la evaluación en un proceso integral e integrador, que sea de carácter formativo y que contribuya a mejorar la calidad de los procesos educativos, implica modificar las concepciones tradicionales y los esquemas rígidos de enseñanza y evaluación en los cuales las actividades evaluativas, más que convertirse en un puente de comunicación entre docentes y estudiantes para identificar debilidades, dificultades y opciones de mejoramiento, son un mecanismo de poder y control para los primeros y una forma de sometimiento e intimidación para los segundos.

martes, 6 de mayo de 2008

¿Cómo se aprende Ciencias?

El aprendizaje de las ciencias naturales es y ha sido objeto de múltiples críticas, debido a que la enseñanza de las ciencias es demasiado abstracta, demasiado difícil de comprender, incompatible a las nuevas comunidades escolares… Sin embargo, se trata de una enseñanza cuyo valor educativo es innegable: estimula el desarrollo intelectual de los alumnos, contribuye a formar ciudadanos conscientes y responsables, capaces de formar parte de los grandes debates sociales y es un requisito básico para el acceso a innumerables profesiones en los sectores más diversos (agricultura, economía, medio ambiente, industria, salud, etc.).

Por lo tanto, la enseñanza de las ciencias naturales debe traspasar la barrera de la mera descripción de fenómenos, integrada por las actividades prácticas de laboratorio, que provocan que los alumnos perciban a las ciencias como materias abstractas y difíciles, ajenas al mundo cotidiano y que cuya aplicación solo se encuentran en experimentos.

Siendo fundamental para esto, que el docente se plantee una serie de interrogantes antes de iniciar el proceso de enseñanza- aprendizaje, tales como: ¿Sobre qué bases organizar la enseñanza para que sea accesible a todos los alumnos? ¿Qué objetivos perseguir? ¿Cuáles son las actividades apropiadas? ¿Y las estrategias pedagógicas? ¿Cómo evaluar su impacto en los alumnos?

Después de ello, se debe organizar la clase de tal manera de alcanzar el objetivo principal; “que el alumno aprenda ciencias”.

La manera global para aprender ciencias, debe incluir la profundización en la base teórica y en investigaciones recientemente publicadas, y fomentar trabajos interpretativos que permitan avanzar en la comprensión de problemas significativos relacionados con el aprendizaje científico. Al mismo tiempo se debe incentivar el análisis crítico sobre las investigaciones que se están realizando en la actualidad.

Es necesario suscitar en los alumnos el interés científico y esto sólo se puede lograr acercando la ciencia a sus propios intereses, haciendo que ellos participen en la construcción de su propio conocimiento.

No obstante, este conocimiento no empieza en la escuela, sino que la familia y el medio cultural en el que viven proporcionan a los alumnos ideas de lo que supuestamente ocurre a su alrededor, con lo cual van construyendo su propia representación del mundo físico y elaboran hipótesis y teorías sobre los fenómenos que observan.

Estas ideas y explicaciones generalmente no concuerdan con las de la ciencia, pero si coinciden con las experiencias y el desarrollo intelectual del alumno. Sin embargo estas ideas pueden cambiarse al enfrentarlas con nuevas experiencias, y al razonar sobre las opiniones que les dan otras personas. Con lo cual el alumno aprenderá a modificar sus ideas y añadir a ellas nuevos elementos para explicarse mejor lo que ocurre a su alrededor.

Algunas de las explicaciones que da la ciencia los alumnos no las pueden comprender, por mucho que se las presenten con actividades prácticas y de manera interesante, porque son muy distintas a lo que ellos piensan. Cabe mencionar, que los alumnos entienden mejor y aceptan más fácilmente las nuevas explicaciones que dan sus propios compañeros.

Para que estas ideas se aproximen a las de la ciencia, es preciso seguir un proceso en el cual las concepciones de los alumnos presenten ciertos errores, siendo en algunos casos estos errores, “concepciones” que en otros tiempos ha mantenido la ciencia. Del mismo modo, la ciencia también sigue un proceso en su construcción y lo que hoy parece una verdad incuestionable mañana se encuentra que es erróneo o insuficiente y debe ser cambiado por una explicación mejor sobre algún fenómeno natural.

Por esta razón, la enseñanza de las ciencias pretende que los alumnos reflexionen sobre lo que saben acerca de su realidad, que lo sepan exponer y que comparen sus explicaciones con las de sus compañeros, con la información que proporciona el profesor y con la encontrada en los diversos medios informativos, con el objetivo de que modifiquen las ideas que les resultan inadecuadas. De esta manera, van construyendo paso a paso su conocimiento, lo cual en definitiva se va convirtiendo en un aprendizaje más significativo para el estudiante, que el memorizar cierta información que la ciencia ha elaborado.

Sin ir más lejos, para aprender ciencias es necesario que dentro del contexto educativo:
a) Se planteen situaciones problemáticas que generen interés en los alumnos.
b) Los alumnos, trabajando en grupo, estudian cualitativamente las situaciones problemáticas planteadas y, con las ayudas bibliográficas apropiadas, empiezan a delimitar el problema y a explicitar ideas.
c) Los problemas se tratan siguiendo una orientación científica, con emisión de hipótesis, elaboración de estrategias posibles de resolución y análisis y comparación con los resultados obtenidos por otros grupos de alumnos. Es ésta una ocasión para el conflicto cognitivo entre concepciones diferentes, lo cual lleva a replantear el problema y a emitir nuevas hipótesis.
d) Los nuevos conocimientos se manejan y aplican a nuevas situaciones para profundizar en los mismos y afianzarlos.

Con esta serie de actividades de temática científica, los alumnos elaboraran nuevos conocimientos sobre su medio natural, pero no se pretende que en todos los casos alcancen los conceptos como los entiende estrictamente la ciencia, sino simplemente que evolucionen su forma de ver las cosas y de explicarse el por qué ocurren.

Para finalizar, no se debe olvidar que el docente es el único que posee la capacidad de interpretar las necesidades e inquietudes de sus alumnos, y que en sus manos está tomar las decisiones que considere convenientes para insertar a sus alumnos en la aventura del conocimiento y para enseñarlos a disfrutar el placer de conocer nueva información y de entender lo que antes les resultaba abstracto e inexplicable.

sábado, 26 de abril de 2008

¿Qué significa para ti enseñar didácticamente?

Enseñar didácticamente implica centrar el manejo educativo en un control efectivo, no ejercido por procesos autoritarios y coercitivos, sino por el mando democrático del profesor, por su poder de persuasión, por la estima y respeto mutuos entre profesor y alumnos. Con lo que el orden y la disciplina se vuelven conscientes, originando responsabilidades conjuntas para la clase y el profesor; éste asume el papel, no ya de dictador, sino de “superior esclarecido” y amigo orientador; los alumnos ganan conciencia y responsabilidad, y se convierten en guardianes de sí mismos en lo relacionado a sus actividades y a su conducta.
Sin duda conseguir este nivel de manejo educativo no es fácil, pero se puede lograr implementando una serie de principios y normas que el profesor debe tener constantemente en consideración, pudiendo señalar las siguientes:
1. Dividir la clase en “mini-clases”, por ende ya no existe solo un objetivo preestablecido, sino múltiples, uno por cada mini-clase.
2. Instaurar un modelo de funcionamiento, señalando a los alumnos instrucciones definidas, cuyo cumplimiento debe ser vigilado por los profesores durante el transcurso del año escolar.
3. Conservar siempre una serie ordenada de las actividades de la clase, de manera que los alumnos se habitúen a ella, evitándose sorpresas que provoquen desórdenes en la clase.
4. Mantener a todos los alumnos en una ocupación mental permanente, debido a que la indisciplina en clase es casi siempre producto inevitable de la ociosidad mental, es decir, de la ausencia de objetivos inmediatos y precisos que concentren la atención de los alumnos y los inciten al trabajo y a la actividad mental intensiva.
No obstante, numerosos profesores contribuyen a esta ociosidad mental de sus alumnos, al preocuparse solo de algunos y dejar a los restantes sin tareas definidas e inmediatas, en “libertad de acción”, facilitándose el espacio para bromas e incluso peleas.
Desde el comienzo, el profesor debe trabajar con toda la clase, conquistando la atención de todos los alumnos y asignándoles tareas definidas e inmediatas para que las hagan; posteriormente es cuando deberá atender a los problemas o dificultades individuales de cada alumno.
5. Asignar a los alumnos responsabilidades de la clase, en lugar de monopolizar todas las actividades que involucra el proceso enseñanza-aprendizaje, distribuyéndolas en turnos entre sus alumnos, dándoles oportunidad para colaborar en los trabajos y participar en las funciones de responsabilidad, tales como:
a) Dirección de equipos de trabajo.
b) Recoger los deberes y repartir los apuntes entre sus compañeros.
c) Encargarse de manipular y conservar los equipos, libros y material auxiliar empleado en clase, entre otros.
Par finalizar, cabe mencionar que enseñar didácticamente no solo implica la utilización de recursos didácticos actualizados, o la utilización de tecnología de punta, ni tampoco la realización solo de trabajos en grupo, va mucho mas allá, enseñar didácticamente involucra suscitar el aprendizaje e insertar a los alumnos en su proceso educativo.

martes, 15 de abril de 2008

¿Cómo promover un ambiente adecuado para el aprendizaje?

Ciertamente, se debe crear en el aula un ambiente de respeto y de confianza con y entre los estudiantes, donde la empatía, la participación igualitaria, la tolerancia, la solidaridad y el respeto como valor primordial presidan cada una de las acciones pedagógicas y logren imponerse a cualquier discrepancia que pueda obstaculizar el logro de los objetivos trazados. Indudablemente, lograr un productivo y cálido ambiente grupal, es algo que no se hace sólo, ni se decreta, sino que se construye día a día en base a la búsqueda conjunta de cotidianidades, hasta que se logre que lo extraño se torne familiar.
Simultáneamente se debe instaurar un ambiente organizado de trabajo, y disponer de los espacios y recursos en función de los aprendizajes.
Sin embargo, a menudo todo esto resulta inconsistente, y se requiere del apoyo de normas y reglas de convivencia lo suficientemente resistentes y coherentes, a lo que se suma el diseño de estrategias de mediación, para cuando se infrinjan dichas normas.
Tal como se puede apreciar, se busca establecer las mejores condiciones ambientales para el logro de los aprendizajes en nuestros estudiantes, tanto en lo personal y social, como en los medios técnicos y de infraestructura involucrados.
Si bien, la relación existente entre disciplina y aprendizaje es trascendental. Indudablemente en un aula disciplinada es más fácil activar a los estudiantes de la manera deseada por el profesor; por consiguiente, se podrá hacer un uso más razonado del tiempo en la elaboración de las tareas, al no ser necesario su empleo en problemas organizativos, sin embargo todo esto resultara bastante utópico, si pensamos que con esto se garantiza un nivel mínimo de aprendizaje en los estudiantes, pues la existencia de un aula disciplinada, no necesariamente implica que el aprendizaje esté teniendo lugar.
Tampoco es propicio adecuar la participación en clase para promover un mejor ambiente de aprendizaje, en el sentido de que algunos docentes se conforman con ver una total participación de sus alumnos, esto se puede deber a que el docente permite todo tipo de participaciones y las toma en cuenta para algún porcentaje evaluativo, lo cual puede viciar al alumno a que sus participaciones sean siempre mediocres, debido a que la motivación por aprobar puede tener más peso que la motivación por aprender.
Según mi parecer, para promover un ambiente adecuado para el aprendizaje, se debe establecer un manejo educativo en base al mando democrático del profesor, por su poder de persuasión, sin dejar de lado la estima y respeto entre profesor y estudiante, además de la cooperación franca y leal en los trabajos. Con lo que el orden y la disciplina se vuelven entonces conscientes, originando responsabilidades conjuntas para la clase, con lo que los alumnos ganan conciencia y responsabilidad, y se convierten en guardianes de sí mismos en lo tocante a sus actividades y a su conducta.